Rindieron homenaje al Teniente General Isidro Cáceres en el aniversario de su fallecimiento
SANTO TOME. Familiares, autoridades municipales, de fuerzas de seguridad y alumnos del Colegio Secundario que lleva su nombre, rindieron homenaje al Teniente General Isidro Bonifacio Cáceres en el cementerio local donde descansan sus restos. Santotomeño que supo alcanzar con valores y esfuerzos el cargo de jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino
“Fue un ciudadano amante de la paz y muy comprometido con la ciudad que lo vio crecer, nunca dejó de apoyarla y honrarla, por eso hoy lo rememoramos por su esfuerzo y labor”, resaltaron los encargados de organizar el acto.
Comenzó a las 9:00 frente al sitio donde descansan sus restos. Con presencia de alumnos del Colegio IBC, también de sus directivos, familiares, funcionarios del municipio encabezados por el Intendente Augusto Suaid y Vice Intendente Carlos Farizano, concejales, presbítero Alejandro Montenegro, miembros de las fuerzas de seguridad, vecinos y allegados.
Luego del ingreso de las banderas de la Nación y de Corrientes, se entonaron las estrofas del Himno Nacional, ofrenda floral, invocación religiosa. Posteriormente, palabras alusivas a cargo de la directora del Colegio I.B.C. Patricia Mabel Núñez y el homenaje en canción a cargo de la Escuela de Música Municipal “Delfi Meza” y para el final, las palabras de Liliana Cáceres.
La hija del General recordó que su padre fue un ejemplo de diálogo, respeto, equidad y justicia en un momento muy difícil que estaba atravesando la nación. Indicó que dio todo por su carrera militar, desarrolló sus virtudes dando el ejemplo de persona y militar íntegro.
Repitió algunas de las palabras del General en un discurso ante sus oficiales, suboficiales y soldados: “no eduquen a sus hombres sobre las bases del odio a otros hombres o a otros pueblos. Háganlo sobre la legitimidad de la defensas y nuestras libertades esenciales, nuestros valores permanentes, nuestro ser nacional, soberano y dueño de nuestro destino”.
“Sean solidarios con la sociedad en que viven, mejor dicho, convivan. Estén prontos a dar ayuda, a participar de sus manifestaciones patrióticas, culturales y deportivas, háganlo con respeto. Las instituciones, como los hombres se ganan la consideración del pueblo por una vida recta, por el trabajo fecundo, por el bien que hacen”.
“No titubeen en erradicar de las fuerzas a quienes delinquen, eso hará más fuerte y sana a nuestra institución. No permitan que se empleen procedimientos innobles propios de los antivalores contra los cuales combatimos, en defensa de nuestra religión y nuestra civilización. La Patria mis oficiales, suboficiales y soldados, está amenazada, el relajamiento de nuestras costumbres, la liviandad de nuestras responsabilidades, el individualismo exagerado y egoísta, la transculturación que quieren imponernos son peligros que asechan a la Patria”.
“No contribuyamos con nuestras conductas y actividades a empeorar esta crisis, miremos hacia nuestras raíces y afirmémonos en esta tierra. Busquemos la inspiración de nuestras vidas en aquellos viejos hombres de nuestra raza que tenían la honestidad como vestimenta, el estoicismo como guía, la esperanza y la fe como norte de sus vidas, la valentía y fortaleza, para enfrentar los peligros de su existencia, la solidaridad y caridad como expresión de sus creencias, cualquiera fuera la religión que profesaran”.