El Salón de Usos Múltiples de la Escuela Nº 142 lleva ahora el nombre de “Cabo 1º Rubén Loreiro”

SANTO TOME. Recientemente se llevó a cabo un emotivo acto en la Escuela Nº 142 “José Benjamín Zubiau” donde se le impuso a su Salón de Usos Múltiples el nombre de “Cabo 1ro Rubén Loreiro”, en homenaje al hijo de Santo Tomé que estando en las filas de la Armada Argentina a bordo del Crucero ARA “Gral. Belgrano”, perdió la vida cuando la flota inglesa lo hundió apenas iniciado el conflicto bélico del Atlántico Sur en el año 1982. Estuvieron presentes, familiares directos de Loreiro, amigos, ex compañeros de escuela e invitados especiales. Además, dos ex compañeros de Loreiro que también iban a bordo del buque y que vinieron especialmente a Santo Tomé para participar del acto.

Apenas iniciado el acto y posteriormente de la entonación del himno nacional argentino, hicieron uso de la palabra varias personas para referirse a tan importante y emotivo acto para recordar al santotomeño que perdió la vida en las frías aguas del Atlántico. La directora del establecimiento educacional, Sra. Graciela Cristina Gales señalaba en la oportunidad que “es importante, como constructores de la educación, posicionarnos en defender la identidad colectiva de nuestros espacios, de nuestras comunidades, de nuestra historia; y con la imposición del nombre de nuestro Salón de Usos Múltiples queremos volver al pasado para entender el presente y construir un futuro de igualdad y de identidad para nuestra niñez”.

A renglón seguido, sostuvo que “muchas veces se nos hace difícil para los docentes contar, enseñar, recordar, sobre el pasado para transmitirlo de la mejor manera a los alumnos, pero no debemos dejar de hacerlo, por ello, queremos recordar a nuestro ex alumno Rubén Alberto Loreiro que nació en Santo Tomé un 28 de Septiembre de 1963, quien fuera el segundo de 10 hermanos y quien vivió y creció en el barrio Feria, en una cuadra donde eran muchos amigos, casi todos de la misma edad, donde se disfrutaba de todos los juegos, Rubén particularmente tenía una pasión por el fútbol, era fanático de River y cualquier lugar le parecía propicio para jugar, pero también disfrutaba de venir a la escuela y aquí hizo toda su primaria. Le encantaba el recreo largo donde tomaba el mate cocido que doña Lucila amablemente le servía; algunos de sus maestros fueron don Mario Meza y la docente jubilada Yolanda Aguilera. También le gustaba el grupo musical Los Pasteles Verdes, Los Ivotí, e ingresó a la Armada en 1980 cuando tenía 17 años; en 1981 fue destinado al Crucero General Belgrano; era un chico muy alegre y siempre estaba rodeado de muchos amigos, el último encuentro que tuvo su hermano Omar Villordo (también integrante de la Armada) con Rubén fue en Ushuaia el 22 y 23 de Abril, se quedó mirando su partida y viendo como la silueta del Crucero se perdía en la inmensidad del canal de Beagle para luego recibir la noticia del hundimiento del ARA General Belgrano el 2 de Mayo de 1982”.

Prosiguió diciendo que “estos recuerdos fueron recaudados de su hermano y familiares, y como dice la escritora Graciela Monjes “algunas personas piensas que de las cosas malas y tristes hay que olvidarse, otras personas creemos que recordar es bueno, que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas”. De esta manera trabajamos articuladamente en la comunidad educativa de la Escuela N° 142 junto a las familias integrándolas y haciéndoles parte de la construcción del nombre y de la identidad que nos representa…”, manifestó la docente Blanca Gales.

A su vez el suboficial retirado de la Armada Argentina y Veteranos de Guerra de Malvinas Segundo Valdez, que también integraba la tripulación de ARA General Belgrano cuando fuera hundido, manifestó lo siguiente: “Tener el honor y el privilegio de poder estar presente en este acto la verdad que jamás pensé ya cumplido el cuadragésimo primer aniversario del hundimiento del que para nosotros fuera uno de los principales buques de nuestra Armada Nacional. El día 02 de Mayo de 1982 a las 15:55 horas recibimos el impacto de un torpedo con una explosión tremenda, con una onda expansiva, llamas y humo que automáticamente recorrieron todos los pasillos del buque quitándole la vida a 276 camaradas, entre ellos, la de Rubén Loreiro. Un minuto más tarde recibimos el segundo impacto que vuela 15 metros de la proa, o sea, la parte de adelante del crucero y allí murieron otros tantos, y después, lo que ningún marino querría hacer que es escuchar y recibir la orden de abandonar el buque, así lo hicimos, y muchos de nosotros tuvimos la posibilidad de sobrevivir. Hoy tenemos 323 eternos custodios de nuestra soberanía que están a 4200 metros de profundidad en la cuenca de Los Yaganes (al sur de las Malvinas). Hoy Ruben Loreiro quedó escrito en la historia que perdurará por siempre en esta escuela. Señora directora, comunidad educativa, ¡muchísimas gracias!” expresó.

Hubo otros oradores, entre ellas la docente ya jubilada Yolanda Aguilera quien fuera su maestra en sexto grado y una señora que fue su compañera de la infancia y de la adolescencia.

 

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